Boquerón

Creo que no hay nadie que no comiera alguna vez uno de estos pescados: o fritos, o como anchoa enlatada, o en vinagre, o en el plato del país que llamamos ‘Picaracha’, que tiene el inconveniente de que jamás es suficiente y que constituye uno de los grandes monumentos culinarios de la Humanidad. Observen que escribí su nombre con una ‘P’ mayuscula, síntoma de mi respeto y casi veneración.

No solamente el boquerón le gusta a la humanidad (su principal depredador) sino también a un montón de otros peces. Tiene un cuerpo fino de lomo azulado y plateado en el vientre, y la boca es acusadamente ínfera. Como la sardina es un pez gregario pero mucho más escaso, y solamente llega a los veinte centímetros de longitud. Su nombre científico es Engraulis enchrasicolus y se puede pescar desde los doce centímetros de talla mínima.

Casi no llega al mercado porque la mayor parte lo compran las conserveras. En los pueblos costeros del norte de Galicia aún tienen un poco de suerte y lo encuentran fresco de vez en cuando. Sobre el tema de la posibilidad de parásitos en los boquerones, aconsejamos que lean lo que se dice del congrio.

Se pesca al cerco.

© OLAF – 10 de diciembre de 2002

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