Decir ‘bica’ (que en castellano puede traducirse por ‘besa’) no es una orden que se le de a un joven que esté al lado de una joven, pero así se llama en gallego una selecta y deliciosa golosina (aunque el muchacho prefiera la primera) y también otras cosas más como, por ejemplo, un juego de niños.

Vamos a referirnos a lo que el diccionario de D. Eladio Rodríguez González pone como primera acepción de ‘bica’: ‘Torta de harina cocida en el horno. Cuando es de harina de maíz se llama también ‘fanchón‘.

Bicas se hacían hace mucho tiempo cuando, terminadas las hogazas, resolvían el problema de la falta de pan hasta la inmediata hornada. Les llamaban entonces ‘bolos do lar’.

Como a la gente le gustaba aquella masa fermentada y preparada, se le fueron añadiendo cosas a la bica, como huevos batidos, mantequilla, azúcar, canela, etc., hasta transformarla en un pastel que es lo que hoy se llama ‘bica’, torta muy fina que se vende en las pastelerías.

Todos los años se celebra una Fiesta de la Bica en la Pobra de Trives, provincia de Ourense, el último domingo de junio. Pero el origen de la ‘bica’ radica en Castrocaldelas donde, naturalmente, se sigue haciendo. La ‘Bica’ se extendió por todas las villas y ciudades de Galicia, y es fácil encontrarla en una confitería, e incluso en algunas buenas panaderías cuando diversifican su oferta al público.

Ya saben lo que tienen que hacer cuando pasen por la carretera C-536, en Ourense. La Pobra de Trives y Castrocaldelas están en ella a tiro de piedra, y según el sentido en que vayan, en un sitio compran una bica para ustedes (ya pueden probarla allí mismo) y, en el siguiente, compran otra para hacer un obsequio.

Háganme caso, que lo mismo ocurre en Astorga con las mantecadas.