En Galicia los «feixóns» o «xudías», que es el nombre más empleado, son legumbres que existen en todas las huertas.

La alubia, que tiene una gran cantidad de variedades es una leguminosa, o sea, una planta de la familia de los guisantes, habas, lentejas (que sólo se cultivan un poco en Ourense y Lugo), hierbas como el trébol, la alfalfa, e incluso el tojo o aliaga, y de los garbanzos. La alubia es el Phaseolus vulgaris de los botánicos, y su nombre de «xudía» en gallego es el más parecido con el castellano «judía», porque el más común «alubia» apenas se emplea en el lenguaje coloquial.

Las alubias son de forma arriñonada y de distintos colores según las variedades. También tienen muchos nombres en Galicia: ervellas, fabeiras, feixoeiros, xudías y otros más. Las alubias se conocieron de siempre, pero las llegadas de América terminaron imponiéndose.

No hay que confundir la alubia con el haba aunque se haga a menudo. El haba, también muy cultivada, es la Vicia faba (las «habas» en castellano).

A pesar de que su cultivo está muy extendido en Galicia, tenemos la obligación de destacar las suculentas alubias de una tierra que también tiene fama por su pan (el «pan de Carballo»), sus patatas de calidad, y cebollas que se exportan y se dan en las tierras próximas a la costa. Se trata de las Alubias de Bergantiños y, especialmente, de las de Trabe de Ponteceso.

No olvidamos la importante producción ganadera de la comarca, pero ahora no hablamos de ganado.

La «Festa das Fabas» de Ponteceso (así la llaman) coincide con un día de la feria clásica, haciéndose una gigatesca «fabada», con pan de Carballo, vino y gaitas.

Es bien cierto que los gallegos no trabajamos «para ganar los garbanzos» sino «para ganar las alubias».