Se ponen a cocer los membrillos troceados con el agua justa para que no se peguen al fondo.
Cuando estén tiernos se retiran del fuego y se trituran con la batidora.
Se vuelve a poner al fuego y se incorpora el azúcar, dejando cocer todo junto durante unos 40 minutos y removiendo casi constantemente para que no se pegue.
Se retira del fuego y se vierte en un molde.
Se deja enfriar y reposar uno o dos días para que cuaje bien.