Cortar los tomates en rodajas y disponer sobre una fuente
Picar muy menudo el diente de ajo y repartirlo por encima del tomate.
Espolvorear con orégano.
Encima de cada rodaja de tomate poner un trozo de queso y culminar con un trozo de anchoa.
Aliñar con aceite, vinagre y sal, al gusto.
Se puede meter unos minutos en el horno para que se derrita el queso, y servir templada. En este caso hay que tener cuidado con la sal porque la de la anchoa se hace más intensa al calor. Otra opción es poner la anchoa al sacarla del horno