Palabra derivada del griego «rhadamnos» que significa retoño.

Entre las plantas de la familia de las Ericáceas, en la mayor parte de los géneros, el ovario es súpero, y entonces el fruto es capsular como, por ejemplo, en el rododendro y en los brezos que conocemos los gallegos muy bien.

Solamente en raras especies el fruto es una baya o una drupa, como en la gayuba.

Sin embargo, hay un grupo de géneros de las Ericáceas en los que el ovario es siempre ínfero. En ellos el fruto es siempre una baya. Algunos botánicos separan estos géneros para constituir unha segunda familia: la de las Vaccinacias. Pero, para nosotros, no importa.

Nuestro arándano, que es el Vaccinium Myrtillus, es un arbusto pequeño, de 20 a 80 centímetros, que se encuentra en todos los montes de Galicia (no esquilmados) por encima de los 700 metros de altitud.

Los frutos, que además de a nosotros, les gustan a los pájaros, son bayas globosas de color negro azulado cuando están maduras, y tienen un sabor delicioso agridulce que hace una mermelada exquisita. Para comerlos, si los encuentran en un monte, conviene limpiarlos de la costra que suelen tener.

Además, aseguran que es astringente, que no daña a los diabéticos y que impide la formación de gases intestinales.

Qué pedir más.