Como es lógico, en la superficie que supone las Rías Baixas, y su geografía, con un vino que tiene la única denominación de Origen llamada Rías Baixas, tenemos la necesidad de delimitar varias zonas con vinos de gran singularidad. El Consejo Regulador habla de cinco: Val do Salnés, Condado de Tea, O Rosal, Soutomaior (que solamente abarca el ayuntamiento de ese nombre), y Ribeira do Ulla.

Sobre la base del Albariño, Loureira blanca, Caíño blanco y Treixadura, se hacen los vinos blancos. Y los tintos conocen el Caíño tinto, Espadeiro, Loureira tinta y Sousón. Con algunas cepas, no preferentes, añadidas tanto en un caso como en el otro, se obtienen los famosos vinos de Albariño (por el que lloran los mariscos), y los restantes del Condado de Tea, Rosal y Salnés. El vino de la Ribeira do Ulla, elaborado en esa tierra contiene, por lo menos, el setenta por ciento de Albariño. Se obtienen, también, vinos de barrica de una gran calidad.

Esperamos que la gran cosecha histórica del año 2001, sea la promesa de disfrutar de estos vinos en todos los años venideros del siglo que comenzamos.